sábado, 14 de abril de 2018

Boletín día 12 - Patrones sistemáticos y generalizados de tortura y desaparición forzada

PATRONES SISTEMÁTICOS Y GENERALIZADOS
DE TORTURA Y DESAPARICIÓN FORZADA

Equipo de Comunicación

Ciudad de Guatemala, 10 de abril de 2018. Audiencia día 12. Por la mañana, el tribunal llamó a declarar por videoconferencia a un testigo presentado por la querellante Emma Guadalupe Molina Theissen. Antes de que este empezara se solicitó que se reservaran sus datos por seguridad. A esta solicitud, la defensa objetó que los datos del testigo ya eran de conocimiento de las partes y reclamó que si se reservaran sus datos, era mejor que se reservara todo el debate y se retirara al público de la sala.

El nombre de Marco Antonio en una de las placas que cubren los pilares de Catedral, nuestro lugar de recuerdo.

El tribunal decidió que el testigo contestara lo que no arriesgaba su seguridad. Se supo que se trataba del ingeniero e investigador Mario Bravo Soto. El testigo habló sobre su militancia en la Juventud Patriótica del Trabajo (JPT), la información que él conoció sobre la detención de Emma Guadalupe, los encuentros que él tuvo con ella después de que esta escapara de su cautiverio y las acciones que cometía el ejército contra los militantes.

Bravo dio detalles de la reunión que Emma Guadalupe tuvo el día anterior a su detención. Indicó que en esa reunión se entregó un comunicado interno de manejo exclusivo de la militancia del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) y el JPT, en el cual se proponía que este último se disolviera para pasar a la estructura del partido. El JPT no era un organismo político militar, sino de dirigentes sin jefes, ni superiores ni comandancia; no era un grupo guerrillero, aunque sí un preámbulo para formar parte del PGT.

Cuando el testigo pudo hablar con Emma, entre 15 y 20 días después de su escape, ella le contó que sus captores le habían mostrado un archivo que contenía muchas fichas y fotografías de personas consideradas subversivas en Quetzaltenango que eran controladas o investigadas por el ejército, en el que aparecía él mismo.

Bravo afirmó que el hostigamiento y persecución que sufrió la familia Molina Theissen por parte del Estado no fue solo para ella, ya que la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas las sufrieron más de 100 familias de militantes. El testigo narró que uno de sus hermanos fue asesinado el 22 de marzo de 1980, siendo un joven de 22 años, no armado, dirigente de un organismo amplio; y su otro hermano, médico que tenía semiparálisis, fue detenido desaparecido, ambos por estructuras paramilitares relacionadas con el ejército de Guatemala.

Seguidamente pasó a declarar el testigo Fernando Cabrera Galindo, que habló ampliamente sobre los patrones sistemáticos y generalizados de desaparición forzada. Como parte de su trabajo de análisis en la Fiscalía de Derechos Humanos del MP, presentó 37 casos fechados en 1981 sobre patrones de actuación de secuestro, desaparición, tortura, traslado a centros militares y estructuras responsables registrados en el informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH).

Según la ubicación territorial, el testigo expuso que en el área de Quetzaltenango se registran 7 víctimas de tortura y violencia sexual en destacamentos militares, dentro de estos se encuentra el caso de Emma Guadalupe. Entre la documentación a la que se refirió Cabrera, resaltan archivos desclasificados de Estados Unidos en los que este país se refería a las autorías de las desapariciones: “La conclusión inevitable es que, de hecho, la mayoría de desaparecidos han sido secuestrados por las fuerzas de seguridad de la capital y de otras zonas urbanas, eran los únicos cuerpos capaces de realizar secuestros generalizados o asesinatos, o secuestros técnicamente complicados”.

Cabrera indicó que en los análisis, los datos presentados por la CEH fueron cruzados con archivos desclasificados de EE. UU., entrevistas hechas a militares de alto rango publicadas en el libro “El proyecto de los militares” de Jennifer Schirmer; el capítulo “Mecanismos de horror” del informe REMHI; “Los desaparecidos de Guatemala 1977-1986”, entre otros documentos.

En cuanto al modus operandi de las fuerzas armadas durante esta época, el testigo ejemplificó el caso de Emeterio Toj Medrano, quien fue secuestrado, interrogado, torturado, trasladado a varios centros de detención clandestinos, fue obligado a colaborar con el ejército y logró escapar después de cuatro meses de haber estado en cautiverio. Su testimonio se encuentra en el libro “Dignidad a pesar de lo vivido”. El mismo Emeterio Toj expresó: “El Estado es deudor de todo lo que ha ocurrido”.

JUSTICIA PARA LA FAMILIA MOLINA THEISSEN

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