PATRONES
SISTEMÁTICOS Y GENERALIZADOS
DE TORTURA Y DESAPARICIÓN FORZADA
DE TORTURA Y DESAPARICIÓN FORZADA
Equipo de Comunicación
Ciudad de Guatemala, 10 de abril de 2018. Audiencia día 12.
Por la mañana, el tribunal llamó a declarar por videoconferencia a
un testigo presentado por la querellante Emma Guadalupe Molina
Theissen. Antes de que este empezara se solicitó que se reservaran
sus datos por seguridad. A esta solicitud, la defensa objetó que los
datos del testigo ya eran de conocimiento de las partes y reclamó
que si se reservaran sus datos, era mejor que se reservara todo el
debate y se retirara al público de la sala.
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El nombre de Marco Antonio en una de las placas que cubren los pilares de Catedral, nuestro lugar de recuerdo. |
El
tribunal decidió que el testigo contestara lo que no arriesgaba su
seguridad. Se supo que se trataba del ingeniero e investigador Mario
Bravo Soto. El testigo habló sobre su militancia en la Juventud
Patriótica del Trabajo (JPT), la información que él conoció sobre
la detención de Emma Guadalupe, los encuentros que él tuvo con ella
después de que esta escapara de su cautiverio y las acciones que
cometía el ejército contra los militantes.
Bravo
dio detalles de la reunión que Emma Guadalupe tuvo el día anterior
a su detención. Indicó que en esa reunión se entregó un
comunicado interno de manejo exclusivo de la militancia del Partido
Guatemalteco del Trabajo (PGT) y el JPT, en el cual se proponía que
este último se disolviera para pasar a la estructura del partido.
El JPT no era un organismo político militar, sino de dirigentes sin
jefes, ni superiores ni comandancia; no era un grupo guerrillero,
aunque sí un preámbulo para formar parte del PGT.
Cuando
el testigo pudo hablar con Emma, entre 15 y 20 días después de su
escape, ella le contó que sus captores le habían mostrado un
archivo que contenía muchas fichas y fotografías de personas
consideradas subversivas en Quetzaltenango que eran controladas o
investigadas por el ejército, en el que aparecía él mismo.
Bravo
afirmó que el hostigamiento y persecución que sufrió la familia
Molina Theissen por parte del Estado no fue solo para ella, ya que la
tortura, las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas
las sufrieron más de 100 familias de militantes.
El testigo narró que uno de sus hermanos fue asesinado el 22 de
marzo de 1980, siendo un joven de 22 años, no armado, dirigente de
un organismo amplio; y su otro hermano, médico que tenía
semiparálisis, fue detenido desaparecido, ambos por estructuras
paramilitares relacionadas con el ejército de Guatemala.
Seguidamente
pasó a declarar el testigo Fernando Cabrera Galindo, que habló
ampliamente sobre los patrones sistemáticos y generalizados de
desaparición forzada. Como parte de su trabajo de análisis en la
Fiscalía de Derechos Humanos del MP, presentó 37 casos fechados en
1981 sobre patrones de actuación de secuestro, desaparición,
tortura, traslado a centros militares y estructuras responsables
registrados en el informe de la Comisión de Esclarecimiento
Histórico (CEH).
Según
la ubicación territorial, el testigo expuso que en el área de
Quetzaltenango se registran 7 víctimas de tortura y violencia sexual
en destacamentos militares, dentro de estos se encuentra el caso de
Emma Guadalupe. Entre la documentación a la que se refirió Cabrera,
resaltan archivos desclasificados de Estados Unidos en los que este
país se refería a las autorías de las desapariciones: “La
conclusión inevitable es que, de hecho, la mayoría de desaparecidos
han sido secuestrados por las fuerzas de seguridad de la capital y de
otras zonas urbanas, eran
los únicos cuerpos capaces de realizar secuestros generalizados o
asesinatos, o secuestros técnicamente complicados”.
Cabrera
indicó que en los análisis, los datos presentados por la CEH fueron
cruzados con archivos desclasificados de EE. UU., entrevistas hechas
a militares de alto rango publicadas en el libro “El proyecto de
los militares” de Jennifer Schirmer; el capítulo “Mecanismos de
horror” del informe REMHI; “Los desaparecidos de Guatemala
1977-1986”, entre otros documentos.
En
cuanto al modus operandi de las fuerzas armadas durante esta época,
el testigo ejemplificó el caso de Emeterio Toj Medrano, quien fue
secuestrado, interrogado, torturado, trasladado a varios centros de
detención clandestinos, fue obligado a colaborar con el ejército y
logró escapar después de cuatro meses de haber estado en
cautiverio. Su testimonio se encuentra en el libro “Dignidad a
pesar de lo vivido”. El mismo Emeterio Toj expresó: “El
Estado es deudor de todo lo que ha ocurrido”.
JUSTICIA
PARA LA FAMILIA MOLINA THEISSEN
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