Me adentro en septiembre. Cada día me asaltan los recuerdos, me toman de la mano y me arrastran a la fecha maldita: 6 de octubre. La del apocalipsis, la catástrofe, el final de todos mis mundos conocidos, la muerte de la que era entonces.
Treinta años después es un septiembre rotundamente hermoso. Contra todos los pronósticos meteorológicos, me encuentro cada tarde con la hermosura de un sol tímido que se asoma tras una nube que, arrepentida de ser lluvia, se aleja velozmente sin soltarnos su carga de tormentas. La luz tiñe la atmófera de sepia y embellece, con un color extraño, el aire, las hojas de los árboles, las nubes, los rostros de la gente. Ha habido otros septiembres de agua cayendo a torrentes desde el cielo, anegándolo todo.
Septiembre de tristezas y anticipos de lo que es este después, en el que digo cada uno de los días de los que está hecho que “hace treinta años aún no había sucedido”. Prediciendo el futuro, ya sé lo que va a pasar el 6 de octubre. Moriré una vez más con el recuerdo de su último día entre nosotros, para renacer al día siguiente, retomando la vida.
TE FELICITO, LOGRAS HABLAR DE UN TEMA MUY DURO Y ESCALOFRIANTE, DE UNA MANERA HERMOSA, HECHANDO PA FUERA TODA LA BELLEZA DEL ESPIRITU INDOMABLE DE TU HUMANIDAD, QUE TAMBIEN ES NUESTRA, LOS QUE TE LEEMOS Y DE TODO EL PUEBLO DE GUATEMALA QUE HA SUFRIDO COMO UDS. LOS HORRORES DE LA BARBARIE....ADELANTE, TE QUIERO SEGUIR LEYENDO!!!!
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