El 6 de octubre de 2024 se cumplieron 43 años de la desaparición de Marco Antonio Molina Theissen, uno de las 45 000 víctimas de este delito de lesa humanidad, imprescriptible y continuado. Mis escritos, nacidos del amor profundo a Marco Antonio y a la patria que queremos construir, son para que no se olvide su nombre y para sumar esfuerzos en el resguardo de la memoria de las personas desaparecidas y de todas las víctimas que, con los ojos abiertos, siguen clamando por justicia.
miércoles, 30 de noviembre de 2016
A cincuenta años del nacimiento de Marco Antonio
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Marco Antonio Molina Theissen
domingo, 9 de octubre de 2016
En este 6 de octubre, ¡gracias!
6 de octubre de 2016
35 aniversario de la
desaparición forzada de
Marco Antonio Molina
Theissen
#JusticiaParaMarcoAntonio
Probablemente no sabremos cuántas
personas y entidades religiosas se unieron a la jornada de oración del 6 de
octubre ni cuántos tuits hicieron tendencia la etiqueta #EstásMarcoAntonio, una
iniciativa de un grupo de mujeres. También hubo quienes han reporteado desde
los tribunales, escrito poemas y artículos hermosos o nos dan “me gusta” en
nuestras publicaciones. Muchas nos abrazaron, virtual o personalmente,
sintiendo con nosotras y nuestras familias el dolor de esa fecha. Otras acudieron
al acto de entrega del informe sobre la situación de la infancia, dedicado a
Marco Antonio por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala;
en esta ocasión, nuestra madre recibió un reconocimiento por su lucha, gestos
que valoramos y agradecemos a las autoridades eclesiásticas y al Director y
personal de la ODHAG. Asimismo, además de la prensa alternativa solidaria
siempre, en los medios masivos se difundieron noticias de la audiencia efectuada
ese día en el que, desde hace 35 años, revivimos el instante terrible en el que
truncaron injustamente la vida de nuestro niño.
Es de esperarse que a partir de
estas acciones, la sociedad guatemalteca haya sido recorrida de arriba abajo
por la verdad que se ha venido abriendo paso de la mano del proceso judicial
emprendido el 6 de enero de este año sobre la desaparición forzada de Marco
Antonio y la detención ilegal, torturas y violación de Emma en un cuartel
militar donde la mantuvieron cautiva durante nueve días. 35 años después de que
la vida de nuestro niño fuera brutalmente interrumpida y a 18 de haberse
presentado la demanda ante el Juzgado Quinto de lo Penal, también se inscribe
socialmente una verdad más grande, histórica, silenciada a punta de terror y de
balazos: en Guatemala se desapareció a decenas de miles de personas, incluyendo
a cinco mil niños y niñas.
Esta fue una acción racional
extremadamente violenta, una empresa criminal conjunta planificada y organizada
por terroristas que detentaron el poder, que conjugó voluntades, recursos
públicos e instituciones estatales para aniquilar a quienes, en su criterio,
fueran identificadas como el enemigo, una definición tan amplia que incluyó a
familias completas. Fue una época oscurecida por el miedo, la persecución y
eliminación de todas las personas que pensaron y actuaron fuera del estrecho
margen de lo autorizado, un rígido marco en el que quisieron aprisionar los
sueños e ideales, desteñir las banderas y reducirnos a obedientes, sumisos y
callados esclavos.
Paralelamente a la perpetración
de crímenes de lesa humanidad y gravísimas violaciones a los derechos humanos de
forma sistemática, institucionalizada y masiva, como parte de la guerra
psicológica le dieron a sus acciones el carácter de necesarias, patrióticas, y
a sus perpetradores la condición de héroes. Esto, aunado al terror y la
paralización de la institucionalidad, trastocó el papel de la administración de
justicia convirtiéndola en un sistema de garantía de su impunidad y, entre
otros factores, naturalizó e instaló la violencia como un componente esencial
de las relaciones sociales y el ejercicio de poder.
Para recuperar y fortalecer el
sentido humano de la vida en sociedad, que no es otro que el apoyo y protección
mutuas, e iniciar con firmeza la construcción de un país que ponga en el centro
el respeto a la vida y los derechos de todas las personas, sin discriminaciones
ni exclusiones, es imperativa la justicia independiente e imparcial, dirigida a
propiciar procesos sociales y políticos de resolución de conflictos y dar a
cada quien lo que le corresponde con respeto a sus derechos, en igualdad y con
apego a la ley. Estos objetivos son impulsados dificultosamente por el MP y la
CICIG, jueces y juezas decentes, organizaciones de derechos humanos y, en el
juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad, las víctimas que alzamos nuestra
demanda desde la dignidad y el amor a los nuestros y a Guatemala.
¡Gracias! Mientras no se invente
otra palabra, tendremos que repetirla sin aburrimiento ni cansancio,
intensamente, con absoluta convicción, volcando en sus siete letras tanto amor
y solidaridad como los que hemos recibido durante meses, especialmente el 6 de
octubre, el primero vivido con esperanza en todos estos años.
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Marco Antonio Molina Theissen
jueves, 6 de octubre de 2016
A 35 años de su desaparición forzada, seguimos exigiendo verdad y #JusticiaParaMarcoAntonio
CON
AMOR Y ESPERANZA
RECORDAMOS
A MARCO ANTONIO MOLINA THEISSEN
A 35
AÑOS DE SU DESAPARICION FORZADA
Amado Tonito, hijito de mi
alma:
Este 6 de octubre se cumplen 35 años del
doloroso momento en que fue arrancado de nuestros brazos por militares que, contra todas las
leyes humanas y divinas, lo secuestraron, privándolo de nuestro amor y
protección, lo desaparecieron y le quitaron la vida a sus escasos 14 años y
diez meses de edad. Vengaron así, con absoluta crueldad, que su hermana Emma
escapara un día antes de su cautiverio ilegal en la base militar de Quetzaltenango,
donde la tuvieron nueve días sufriendo hambre, sed y toda clase de inhumanas torturas
y repetidas violaciones.
Su ausencia nos dolerá aún después de la muerte, pero
este 6 de octubre, querido hijo, es diferente. La justicia se está abriendo
camino con juicios contra militares que, desde su posición, no solo
incumplieron con el primer deber de un soldado de defender y proteger a la
población, sino que, lejos de eso, cometieron actos criminales al ensañarse con
miles de personas de todas las edades y condiciones, en todas partes del país,
a las que asesinaron o desaparecieron.
Amado hijo de mi corazón, mi amado niño, quienes se lo
llevaron, cobijados por un Estado terrorista que les garantizó la impunidad, creyeron
que nunca tendrían que rendir cuentas. No
imaginaron que Guatemala llegaría a tener fiscales, jueces y abogados
incorruptibles y valientes que con grandes dificultades y esfuerzos le están
abriendo camino a la Justicia y la Verdad, que es la misma que anhelamos las 45
000 familias de personas desaparecidas: saber su paradero para sepultar sus
restos con la dignidad de la sepultura que todo ser humano merece.
Tonito querido, en este proceso hemos recibido una inmensa
e invaluable solidaridad. Por siempre atesoraré el apoyo y el cariño de miles
de personas dentro y fuera de Guatemala a quienes reiteramos nuestro INFINITO AGRADECIMIENTO, desde lo más
hondo del corazón.
Este 6 de octubre de 2016, junto a mis hijas, además de manifestar nuestra gratitud por el acompañamiento nacional e internacional, renuevo
nuestros votos de amor a Marco Antonio, a nuestra tierra, la justicia y la verdad.
Estas también las reclamamos para los 5000 niños y niñas a quienes se les truncó
su futuro y se les arrebató la vida, destruyendo a sus familias y causando un
enorme daño a la sociedad, Justicia y Verdad que son imprescindibles para poder
construir una Guatemala donde NUNCA MÁS
haya personas desaparecidas.
Audio grabado por nuestra madre: https://youtu.be/SXlP19sOsvg
Emma
Theissen Vda. de Molina
Ana
Lucrecia, María Eugenia y Emma Molina Theissen
#JUSTICIA PARA MARCO ANTONIO
domingo, 2 de octubre de 2016
Jornada de oración por verdad y #JusticiaParaMarcoAntonio
Únase a la jornada de oración que será efectuada el 6 de octubre de 2016, con motivo del 35 aniversario de la desaparición forzada de nuestro niño.
Se han sumado religiosos/as de iglesias católicas y evangélicas y grupos de oración dentro y fuera de Guatemala, entre ellos la Federación Luterana Mundial que ha convocado a sus afiliados alrededor del mundo.
Con nuestra madre, pediremos verdad y justicia para Marco Antonio y los 5000 niños y niñas
desaparecidos, que nos devuelvan sus restos para sepultarlos dignamente y
por un proceso judicial en paz, sin más dilaciones, apegado a las
leyes.
Guatemala: Mujeres Construyendo Justicia
En Guatemala: Mujeres Construyendo Justicia, una edición del programa Palabra de Mujer, transmitido en el canal de televisión de la Universidad de Costa Rica, se abordan dos procesos de justicia transicional impulsados en Guatemala: los casos Sepur Zarco, que resultó en una sentencia condenatoria por la esclavitud sexual y doméstica sufrida por mujeres indígenas en un destacamento militar en 1982; y Molina Theissen, en el que militares de alto rango están acusados por la desaparición forzada de Marco Antonio, un niño de 14 años y diez meses de edad; y delitos contra deberes de humanidad, por la detención ilegal y torturas infligidas a su hermana Emma en un cuartel militar.
jueves, 30 de junio de 2016
Ser justos y humanos es una decisión personal
Mensaje de nuestra madre Emma Theissen en este 30 de junio, Día del Ejército
Estoy segura de que entre quienes conforman
actualmente el ejército guatemalteco hay personas capaces de imaginar el
profundo sufrimiento que les provocaría la captura ilegal, los tormentos y el
asesinato o desaparición forzada de alguno de sus hijos o hijas. Si se pusieran
en mi lugar, como seres humanos que somos comprenderían que no existe ninguna
justificación en el mundo para arrancar a un niño de su casa, privarlo del amor
y la protección de su madre y de su familia, para después asesinarlo y
desaparecerlo, como sucedió con mi hijo Marco Antonio, en 1981, cuando contaba
con solo 14 años de edad.
Si a los sentimientos por sus hijos e hijas
unen su conciencia como hombres y mujeres, comprenderán que por amor al mío no
olvidaré jamás lo sucedido, no dejaré de clamar por justicia ni de pedir que me
devuelvan sus restos para sepultarlo dignamente. Comprenderán también la
profunda injusticia cometida al desaparecer a mi niño, un acto irracional,
ilegal y absolutamente cruel que dañó nuestras vidas irreparablemente y,
repetido millares de veces, afectó a la sociedad entera.
Como ciudadanos, al confrontar los hechos
con las leyes se darán cuenta de la gravedad del crimen perpetrado contra mi
hijo. La desaparición forzada es un delito contra la humanidad,
imprescriptible, con el que fueron violadas la Constitución y las leyes
internacionales de protección de la vida, la libertad e integridad de las
víctimas, de las cuales alrededor de cinco mil fueron niños y niñas.
Finalmente, podrán entender que los
acusados en el proceso judicial iniciado en enero de 2016 NO ESTÁN ANTE LA
JUSTICIA POR SER MILITARES sino porque presuntamente son responsables de
delitos muy graves en contra de mis hijos, quienes –como yo- éramos parte de la
población civil indefensa.
Este Día del Ejército, les insto a fortalecer
el sentido de justicia y humanismo en cada uno de ustedes y en el Ejército,
para que nunca se vuelvan a perpetrar CONTRA NINGUNA OTRA PERSONA estos
terribles delitos que aún provocan profundo dolor a millares de familias que,
como la mía, siguen incompletas...
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