miércoles, 18 de abril de 2018

“He Elegido Vivir”: Emma Molina Theissen declara en Juicio de Alto Impacto en Guatemala

Por Jo-Marie Burt y Paulo Estrada
Tomado del blog Verdad Justicia
https://verdadjusticiaguatemalablog.wordpress.com/2018/04/11/he-elegido-vivir-emma-molina-theissen-declara-en-juicio-de-alto-impacto-en-guatemala/
 
 
En el juicio Molina Theissen la semana pasada, se escuchó el esperado testimonio de Emma Molina Theissen, así como al experto en estrategia y archivos militares, Mario Tulio Álvarez, el 3 de abril. El 2 de abril, el psicólogo Jorge de la Peña Martínez rindió su peritaje sobre las afectaciones físicas y psicológicas que sufrió Emma como consecuencia de la tortura y la violencia sexual que tuvo que soportar. Durante el interrogatorio hecho por los militares, afirmó el experto, “sufrió agresiones físicas, le negaron la comida y el agua, la violaron repetidamente, todo ello para lograr destruirla psicológica, social y moralmente”. 

Perito Psicosocial: “La tortura y la violencia sexual sufrida por Emma dejó marcas permanentes en su personalidad y su psique” 

El tribunal llamó a Jorge de la Peña Martínez, un psicólogo mexicano propuesto por el Ministerio Público, a testificar sobre su peritaje sobre el impacto físico y psicológico de la tortura y la violencia sexual en la vida de Emma Molina Theissen, mientras permanecía en detención militar en 1981. El Dr. De la Peña Martínez es profesor de psicoanálisis y psicología social de la Universidad Autónoma de México y se ha desempeñado como perito ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos centrándose en su informe sobre el Protocolo de Estambul, que aborda la investigación y documentación de la tortura y otras formas o tratos crueles, inhumanos o degradantes como formas de castigo.

El Dr. De la Peña Martínez declaró que Emma es una persona funcional que desarrolla con normalidad sus actividades diarias, pero que la tortura y la violencia sexual que sufrió ha marcado permanente su personalidad y su psique. Debido a los abusos que soportó su proyecto de vida personal y familiar fue destruido. Como resultado presenta signos de depresión, tristeza, y falta de motivación. El experto explicó al Tribunal al que Emma necesita tratamiento psicológico permanente para toda su vida. 

El experto también recomendó, debido a su estado frágil, que ella no fuera sometida a interrogatorio o a confrontación frente a los acusados, ya que eso representaría un riesgo para su integridad psicológica.

El Dr. De la Peña enfatizó que la tortura es una forma compleja de violencia extrema que tiene como objetivo la destrucción física y psicológica del individuo, pero que también produce terror y parálisis del conglomerado social al que pertenece el individuo. Ese otro objetivo de tortura, más amplio, social y político, produce más dolor y angustia en la víctima, quien se siente culpable por ser el medio por el que otros experimentan miedo y desesperanza.

El señaló que ha escuchado testimonios de víctimas de tortura por toda América Latina, que le han permitido concluir que las formas de tortura usadas en las primeras dictaduras, como colgar a las víctimas por largos períodos de tiempo, pronto se desarrollaron en el Plan Cóndor. (Plan Cóndor se refiere a la coordinación e inteligencia compartida por las dictaduras militares en Sur América durante los años 70 para reprimir a opositores políticos). Nuevas formas de tortura incluyen el pinchar a la víctimas con agujas, cercenar las extremidades de la víctima, aplicar shocks eléctricos, particularmente en el área genital. Con el tiempo, las dictaduras de América Latina comenzaron a utilizar técnicas más sofisticadas de tortura, particularmente la tortura psicológica, con el fin de dejar menos evidencia física. 

El Dr. De la Peña Martínez indicó que los torturadores fueron entrenados en técnicas de obtención de información y confesión de la víctima o de terceros que eran forzados a través de tortura a ser testigos. La tortura también era una forma de castigo. En general, dijo, las mujeres eran torturadas con mayor agresividad que los hombres y en general eran víctimas de violencia sexual y tortura. 

Explicó que la CIA, a través de la Escuela de las Américas, capacitó en el método de interrogación “KUBARK” y en otras técnicas de contrainteligencia, y tales fueron ampliamente aplicadas en América Latina. [1]  Estableció que basado en la evidencia estudiada, ese método fue el aplicado en el caso de Emma Molina Theissen.

El Dr. De la Peña hizo énfasis en la doble violación de derechos a la que fue sometida Emma, ya que ella misma fue víctima de tortura y violación sexual, y que su hermano Marco Antonio fue desaparecido forzadamente. El experto señalo que fue necesario el uso de diversas técnicas para lograr que Emma pudiera hablarle de lo que le sucedió. Era común que ella se derrumbara y que le fuera muy difícil discutir sobre los abusos que sufrió porque se sentía responsable de la desaparición de su hermano. El Dr. Dijo que, a su criterio, la desaparición forzada de Marco Antonio a manos militares fue un castigo para Emma por haber escapado del control militar.

Jorge Lucas Cerna, hijo y abogado defensor de Benedicto Lucas García solicitó a la corte auxiliarse de la consultora técnica Karin Stella Leal Valle para interrogar al perito, pero sus preguntas fueron sinuosas y nunca se enfocaron en contenido del peritaje del experto.

He Elegido Vivir” Emma Molina Theissen declara

En la primera parte de la décima audiencia del caso Molina Theissen, Marco Tulio Álvarez, un experto en archivos militares rindió su peritaje sobre el contexto de la represión militar y la estrategia militar de desapariciones forzadas de niños y niñas. Tulio Álvarez declaró sobre el concepto militar del “enemigo interno”, que explicó como cualquier individuo o grupo que expresara oposición al gobierno militar. Este concepto era aplicado indiscriminadamente e incluía a niños y niñas. Particularmente, explicó, los hijos e hijas de militantes de grupos de oposición, eran identificados como tal, para imponer el terror y castigar a los militantes. Los niños y niñas eran parte del “botín de guerra”, dijo el experto, y muchos de ellos fueron entregados para adopciones lucrativas. Hizo énfasis en que la Comisión de Esclarecimiento Histórico estableció alrededor de 5,000 niños y niñas desaparecidos forzadamente en Guatemala durante el conflicto armado interno (1960-1996) pero el experto considera que el número real es significativamente más alto.

Durante la segunda parte de la audiencia, el fiscal del Ministerio Público Erick de León presentó la declaración testimonial de Emma Molina Thyeissen en calidad de prueba anticipada grabada en video. El testimonio de Emma fue admitido como evidencia durante la fase preparatoria del caso en la audiencia de presentación de pruebas el 14 de marzo de 2011. Un procedimiento similar se llevó a cabo en el caso de violencia sexual y esclavitud sexual y doméstica del caso Sepur Zarco.

Emma comenzó hablando de su papel en las actividades políticas cuando era una estudiante de nivel medio del “Instituto Belén”. Ella declaró que en 1976 ella y su novio Julio César del Valle, ambos miembros de la Juventud del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), fueron capturados y encarcelados. Mencionó que Julio César fue asesinado en 1980.

Emma dijo al Tribunal que en 1980, ella era la responsable de algunas células locales del partido, así como del Comité de Juventud de la Región Central, pero después del asesinato de Julio César, ella fue trasladada a Quetzaltenango. El 26 de septiembre de 1981, ella participaría en una reunión de altos mandos del partido. Al día siguiente, ella volvía a Quetzaltenango para sostener otra reunión, pero nunca llegó porque fue capturada en un retén militar. Ella fue llevada primero a una pequeña casa y luego trasladada a la Zona Militar No. 17.

Ella declaró que los militares realizaron una operación en una casa de seguridad en Salcajá. Emma dijo que los militares creyeron que ella cooperaría con ellos para que pudieran realizar más capturas de otros miembros del partido, pero que en realidad era una táctica para ganar tiempo. Eso, sin embargo, tuvo terribles consecuencias porque los militares se enfurecieron de que ella no hubiera entregado a nadie, así que comenzaron a abusar de ella con extrema violencia. Era violada cada noche.

Ella declaró que, durante su detención, un oficial de inteligencia llegó a la base militar sabiendo su verdadera identidad, así como la dirección de la casa de su familia. Los interrogatorios estaban dirigidos a obtener información sobre sus vínculos con el JPT. Dos o tres días después, dos hombres le propusieron dar una declaración pública pidiendo a la juventud guatemalteca no involucrarse en organizaciones políticas y sociales. Le dijeron que ella debía darles los nombres lo los lugares de todas aquellas personas vinculadas al JPT, así nadie quedaría y tomaría represalias contra ella.

Después de eso, los oficiales militares llevaron a Emma afuera de la base militar en un esfuerzo para que ella pudiera identificar los miembros del partido y el lugar de las casas de seguridad. “Yo no les di ningún nombre, ningún tipo de información” dijo.

Los captores de Emma la habían privado de la comida y del agua desde su captura, así que ella estaba muy débil. Durante sus últimos dos días en cautiverio, ningún oficial llegó a la habitación donde la mantenían retenida, así que ella comenzó a sospechar que planeaban trasladarla a Guatemala, donde escapar sería muy difícil. Ella pudo salirse de la esposa que la mantenía retenida y escapó por la ventana de la habitación donde permanecía. “Me dirigí a la salida” de la base militar, dijo. “Le dije a la guardia que “el canche pelón” me había dejado salir.” Relató que tomé un taxi hasta la casa de una amiga que la cuidó, hasta que el PGT le ayudó a salir de Guatemala.

Emma declaró que no supo de la desaparición de su hermano Marco Antonio hasta abril de 1982. “Mi hermano fue secuestrado solo horas después de mi escape” dijo. “Mi familia y yo estamos seguras que fue un castigo por mi escape, y por haberme negado a darles la información que buscaban”.

Ella señaló que creía que los oficiales que la interrogaron eran de la G2. Vestían ropa de civiles, no tenían el pelo muy corto, estaban fuertemente armados y hablaban abiertamente de todo lo que hacían. La persona que lideraba las sesiones de interrogatorio un día le mostró un folder que tenía fotos de ella. “Vos no sos la que decís que sos,” le dijo, haciendo referencia a su carné de identificación falso. Ella dijo que era posible que esa información la obtuvieran de la primera vez que la arrestaron en 1976.

Después de que su testimonio fuera escuchado por el Tribunal, Emma Molina Theissen escribió en Twitter: “Después de la 10ª audiencia, de esta justicia tardía, pero profundamente sanadora, repito con todas mis fuerzas: He Elegido Vivir.”

Después de la declaración testimonial de Emma, el Tribunal permitió al fiscal del Ministerio Público Erick de León leer parte de la declaración testimonial de Isidro Mérida. El testimonio de Mérida fue admitido como evidencia dentro de la proposición de pruebas ya que falleció. En su declaración, Mérida, quien era miembro del PGT en el momento de los hechos, confirmó que él sostendría una reunión con Emma Molina Theissen en Quetzaltenango el 27 de septiembre de 1981, pero ella nunca llegó. En el testimonio Mérida también declara haber visto a Emma mientras era trasladada por las calles de Quetzaltenango en un vehículo militar, y que justo después del escape de Emma, se realizaron operaciones militares masivas con el fin de recapturarla presumiblemente.

sábado, 14 de abril de 2018

Adriana Portillo y la desaparición forzada de su familia

 Entrevista realizada por Oswaldo  Franco, publicada en Prensa Comunitaria en 
http://www.prensacomunitaria.org/adriana-portillo-y-la-desaparicion-forzada-de-su-familia-segunda-parte1/

Adriana Portillo-Bartow ha luchado por más de 35 años para esclarecer la desaparición de sus hijas Rosaura Margarita de 10 años y Glenda Corina de 9 años, su papá Adrián Portillo Alcántara de 70 años, su esposa Rosa Elena Muñoz Latín, una cuñada Edilsa Álvarez Morales de 18 años una cuñada y su hermanita Alma Argentina de un año y medio. La desaparición ocurrió el 11 de septiembre de 1981, en manos del ejército de Guatemala y hasta la fecha no se sabe nada del paradero de toda esta familia. Tuvimos la oportunidad de platicar con Adriana, para que nos contara como vivió esos acontecimientos, pero antes queremos presentarles la historia de quien después de tanto tiempo busca justicia y guarda la esperanza de encontrar a sus hijas y familiares.


En esta entrevista se encuentra parte del testimonio de Adriana Portillo-Bartow presentado ante el Tribunal C de Mayor Riesgo el 13 de marzo de 2018

Esta es la segunda parte de la entrevista realizada a Adriana Portillo, quien busca a sus hijas desaparecidas desde 1981 por el ejército de Guatemala junto a su papá y su segunda esposa, así como su pequeña hermana. Adriana nos cuenta qué fue lo que sucedió ese día terrible y cómo ha sido su vida tras los incidentes.  La historia de Adriana Portillo y la desaparición forzada de su familia – primera parte –

Ese 11 de septiembre de 1981 don Adrián Portillo saldría de su casa de regreso a Guatemala, y se iba a ir junto a su esposa Rosa para celebrar una pequeña fiesta también llevaban a su pequeña hija Almita y las dos nenas de Adriana: Chagüita y Glenda. Fue el último día que Adriana las vió.
Oswaldo: ¿Cómo fue el viaje y cómo fue que lo planearon?

Adriana: Fue una decisión que tomamos todos en conjunto. Mi papá ofreció llevárselas para que no nos costara a mi cuñada y a mí, porque si no, tendríamos que ir con seis criaturas.

Yo no trabajaba, pero no nos podíamos ir. Yo me quedé con las niñas -las pequeñas-, que en ese momento estaban con su papá. Salimos al día siguiente un poco más tarde de lo que queríamos. Fuimos con mi cuñada y mis sobrinos, mis nenas pequeñas no fueron. Por mucho tiempo quizá por el shock creí que ellas me habían acompañado, pero no, ellas se quedaron en Jutiapa”.

Oswaldo: Al llegar a la vivienda de su papá, ¿Cuál fue el pensamiento que tuvo al ver que la cuadra estaba resguardada por elementos del Comando seis, la Policía Nacional y el Comando de Detectives?

Adriana: Primero miedo y sorpresa. Ver a todas las fuerzas de seguridad concentradas allí, y con lo difícil de la situación que se vivía en ese tiempo. Un poco de curiosidad por saber qué es lo que pasaba. Pero nunca me imaginé que fuera en la casa de mi papá en donde ellos se encontraban.

Oswaldo: Al increparles acerca de la razón por la que estaban en el lugar, usted recibió respuestas confusas, que si estaban allí su papá y sus nenas; que las pasara a ver; o que en la vivienda no había nadie. ¿En algún momento dudó si pasar a la vivienda o no?

Adriana: Yo realmente, dije “no”. Dentro de mí dije “no voy a entrar”, porque yo sabía que si nosotros entrábamos a esa casa, ya no íbamos a salir. Por eso insistía que lo llamaran, que saliera mi papá a la calle. Pero si, ellos tenían respuestas confusas, pienso que era parte de su entrenamiento, ese juego psicológico.

Inclusive mi cuñada preguntó si nos pasaría algo si pasábamos  y ellos respondieron que no, que cómo podían hacernos algo, si nosotros íbamos con niños. Realmente no recuerdo cuánto tiempo estuvimos allí, pero muchas cosas pasaron por mi mente, menos que mis hijas estaban allí. Inclusive pensé que mi papá se había cambiado de casa y no nos había dicho. Pero durante todo el tiempo que estuvimos allí dentro del garaje de la casa, había personas vestidas de particular lavando el garaje. Yo estaba en estado de shock, no sentía el cuerpo, en un momento me desligué de mi cuerpo y podía ver desde arriba a las mujeres hablando con los hombres. Sentía el cuerpo como agua, pero cuando reaccioné les dije que muchas gracias, que nos íbamos a ir. Y al salir de allí, como a las tres o cuatro casas, reaccioné que es lo que había pasado.

Con Adriana, al finalizar su declaración.

Oswaldo: ¿Usted recuerda a la persona con quien le habló? ¿Cree que todavía lo reconocería?

Adriana: Sí, escuché que le decían Gato Gudiel. Creo que si lo reconocería, aunque ha pasado tanto tiempo que probablemente ya envejeció y no se vería igual. Sin embargo lo reconocería si lo tuviera enfrente, y esto porque recuerdo que estando allí llamaron a periodistas que eran como informantes confidenciales del ejército. Y ellos son los que pudieron entrar.

Inclusive llegó un periodista conocido en Guatemala, que trabajaba para un medio escrito muy famoso. En uno de mis viajes luego de la firma de la paz, yo leí un testimonio que él dio. Él decía que él había ido a buscar a la familia Latín, y solamente alguien que sabe lo que ocurrió, sabría que ése era el apellido de mi madrastra. Yo ahí deduje que se llevaro a las dos mujeres y a las niñas vivas. Por esta razón decidí ir a buscarlo, pregunté por él. Al pasar, probablemente él no tenía ni idea de quién era yo, pero cuando entré a su oficina y lo ví, lo reconocí inmediatamente. Y lo primerito que él me dijo “¿usted estuvo allí verdad?”, “sí yo estuve allí, y usted estuvo allí también”, le respondí. Y fue allí donde yo supe que quien comandaba la información fue el Gato Gudiel.

Oswaldo: ¿además de esta, él le dio alguna otra información?

Adriana: Sí, yo me acerqué y le dije “tenga compasión de mí, dígame que pasó ese día. Dígame lo que sabe, por favor. Usted que es padre, ayúdeme con lo que sabe”. Y me dijo que no sólo era padre sino que también abuelo y la entiendo. Y él me dijo, “esas niñas están probablemente en los países escandinavos, las dieron en adopción”.

Le pregunté si había alguna persona viva que hubiese estado ese día, y me respondió que sí. Un coronel, vive en Argentina. Le pregunté si estaba en contacto con alguno, y me dijo que sí, que mantenía contacto con uno que vive en Santa Rosa. Me comentó que la persona que vivía en Santa Rosa le dijo que ellos (el ejército) no mataba niños, que los daban en adopción. Toda esta información se tardó alrededor de un año, tras algunas conversaciones para que me lo dijera.

En una de esas conversaciones me dijo que había hablado con el coronel de Santa Rosa y que estaba pidiendo doce mil dólares, a cambio de la información. Yo le dije que estaba bien, y junté esa cantidad y lo puse en una cuenta de banco. Cuando volví a contactar al periodista le comenté que ya tenía el dinero. Pero le pedí que me diera la información y que yo pudiera corroborar la información, de lo contrario no le daría el número de cuenta. El aceptó y me dijo que se comunicaría conmigo en dos semanas, pero jamás se volvió a comunicar con nosotros.

Es difícil imaginar esto para una persona que no lo ha vivido, pero desde el momento que me dijo que estaba en un país escandinavo, mis hijas, mi esposo y yo nos preparamos para el reencuentro. Pensaba todo el tiempo qué les iba a decir cuando las vea, pensaba ponerme de rodillas y pedirles perdón por no haberlas encontrado antes. Sin embargo cuando él ya no nos volvió a contactar, sentí que las volví a perder. Y pues él ya no nos dijo nada, y nunca más supe de ese periodista, pero sé que está vivo.

Oswaldo: después de lo que vivió en la casa de su papá ¿qué hizo?

Adriana: Recuerdo que tomamos un taxi y nos fuimos para Mixco, a la casa de mi cuñada. Vimos en las noticias, el reporte oficial, que lo estaba dando un coronel en cadena. Dijo que una casa de la organización guerrillera ORPA había sido cateada, y que encontraron materiales subversivos, como libros, trajes típicos, armas y una máquina para hacer bombas. Yo creo que todavía estaba en estado de shock, tal vez por la negación de lo que había pasado. No recuerdo, pero mi cuñada me contó, que yo insistí en regresar a la casa a buscar a mis hijas, pero que todo estaba todavía resguardado por la policía y el Ejército, y luego nos fuimos a la casa del jefe de mi hermano.

Oswaldo: ¿Algún otro día trató de regresar a esa casa? ¿Cuánto tiempo estuvo resguardada la casa?

Adriana: No sé realmente cuanto tiempo estuvo resguardada, Tengo un hermano que era combatiente y que vive fuera del país, él padecía de un pulmón. Recibí una carta cuando vivía en Guatemala, quizá un año después de lo que había pasado. En esta carta decía que había bajado de la montaña por un problema que tenía en el pulmón y que la casa aún estaba resguardada, y que vio que los policías y los hombres que estaban allí estaban saqueando y llevándose en pick ups los muebles de la casa, algunas cosas inclusive las regalaban a personas que pasaban por allí. El entendió qué estaba pasando y se fue de Guatemala. No sabe cuánto tiempo estuvieron allí, pero se imagina que fue una o dos semanas”.

Oswaldo: Esta carta entonces, fue enviada por su hermano.

Adriana: Sí, era Germán, mi hermano menor, y nos volvimos a encontrar tras 17 años, ya que yo pensé que él estaba desaparecido. Él fue a Guatemala a buscarnos y fue cuando le contaron qué había ocurrido y que yo estaba en Chicago. Tenemos una comunicación muy esporádica, él nunca pudo superar el trauma y tiene problemas emocionales muy serios. Nos vimos tal vez dos veces después de la Firma de la Paz, pero ya no nos volvimos a ver.

Oswaldo: ¿Usted o su papá recibieron amenazas en algún momento? ¿Hubo algún indicio que esto podía pasar?

Adriana: No, pero sospecho que por eso fue que mi papá se fue a Jutiapa esos días, y alguien me contó que estando allí el recibió un telegrama, y fue cuando decidió regresar a Guatemala. Nosotros (mis hermanos y yo) no recibimos amenazas serias, Mis hermanos como tomaban en los bares, se ponían a hablar de política y allí pues a veces los amenazaban y los seguían, pero nunca nada serio. Todas las amenazas fueron después, ya estando en la ciudad capital.

Oswaldo: ¿Qué tipo de amenazas recibían?

Adriana: Eran verbales, un compañero de mi exesposo, que tenía contactos con militares, le decía a mi esposo que se fuera, que lo iban a matar. Pero él nunca hizo caso. Otro tipo de amenazas eran cuerpos que aparecían cerca de la casa. Un día, de hecho, cuando mi esposo regresaba del trabajo, vio un carro negro, pero siguió caminando, los ocupantes del carro lo increparon, lo llevaron a un barranco, le quitaron sus cosas y lo dejaron viendo a la puerta de la casa, le dijeron que contara hasta 100 y entrara, que no volteara a ver porque lo iban a matar. En otra ocasión unas personas querían forzar la puerta de la casa, y nos gritaban que la abriéramos. Nosotros por miedo nos quedamos dentro de la casa. Cuando sentimos ya estaban en el techo y nos estaban gritando que saliéramos, fuimos al patio y ellos, vestidos de chumpa negra, nos preguntaban por una persona nicaragüense, que le habían dicho que nosotros la estábamos escondiendo, les decíamos que no era cierto, que no escondíamos a nadie. Ellos se reían, al final dijeron que estaba bien, pero que a la próxima vez que llegaran nos iban a matar. A las dos semanas salimos de Guatemala.

Oswaldo: Pero ¿usted conocía a alguien de Nicaragua?

Adriana: Nunca, por muchos años recordé su nombre, pero ahorita si no. Pero no, no conocía a nadie de nacionalidad nicaragüense.

Oswaldo: Antonio, su  hermano estuvo presente cuando se llevaron a su papá en la oficina de la zona 1, luego fue el primero en llegar al lugar de los hechos, pero sólo se fue sin poder hacer algo ¿Cómo fue su relación tras los incidentes?

Adriana: Nos unió más, de hecho siempre fuimos unidos. Tenemos solo un año de diferencia. El dolor nos unió más, el haber sido testigos de un crimen tan atroz, nos unió más. De hecho con Antonio hasta la fecha somos muy cercanos. El 35 aniversario de la desaparición de la familia es el 11 de septiembre y el año pasado iniciamos con una tradición de hacer una ceremonia para recordarlos y renovar nuestro compromiso de continuar en la lucha.

Oswaldo: ¿Cómo fue su vida tras los acontecimientos?

Adriana: Yo siempre digo que la Adriana que llegó a esa casa, murió ese día. Nació una Adriana diferente, alguien temerosa, casi antisocial, aunque también más fuerte, más determinada, más asertiva. Una completa dualidad de lo que soy. Mi dolor se convirtió en mi motor, y es lo que me causa depresiones clínicas profundas. He llegado a intentar suicidarme, porque el dolor es muy fuerte. A veces pienso que hubiese preferido que me torturaran físicamente y no de la manera que lo hace, psicológicamente. Vivo una vida doble, un pie en el pasado y un pie en el presente”.

Oswaldo: Con la información que le dio el Periodista, ¿se acercó a instancias de derechos humanos, embajadas como la de los países escandinavos?

Adriana: Lo hicimos a través de la Cruz Roja Internacional, ellos se acercaron a los gobiernos de los países escandinavos, con las fotografías de las niñas, fueron buscadas pero nunca encontradas.

Oswaldo: Hablemos sobre la casa, ¿usted tiene conocimiento si en efecto era una casa de seguridad?

Adriana: Fue aceptado por la ORPA, y mi papá pertenecía a esa organización.

Oswaldo: ¿Sabe qué pasó con la casa luego de los acontecimientos?

Adriana: Yo regresé a esa casa en 1999, con un periódico de Chicago. Esa vez pude reconocer la casa, pero era una cantina. No me acerqué pero pude ver gente todos se nos quedaban viendo extrañados de por qué había cámaras allí y todo. Fui hace un par de años también con otro medio guatemalteco, pero esta vez no pude reconocer la casa, la mayoría son tiendas ahora.

Oswaldo: Carlos, su otro hermano, fue asesinado durante una redada en zona 15 ¿hablaron en su familia sobre esto?

Adriana: Sí, él falleció cubriendo al Comandante Gaspar Ilom, pero nunca fuimos a reconocer su cuerpo, porque haber reclamado su cadáver nos hubiera delatado. Inclusive mi papá nos contó que se había inmolado, pero eso fue lo que le dijo la organización a él, no me consta. Después de la firma de la paz fui a la Verbena a ver si lograba recuperar su cuerpo, inclusive tuve los folios y decía que la causa de muerte fue herida por esquirlas de granada en el tórax y un balazo en el área occipital.

Lastimosamente llegué siete años tarde y lo cambiaron de fosa, no nos dieron el cuerpo. Sin embargo ahora los tiene la Fundación de Antropología Forense, ya que exhumó los restos que estaban en esas fosas, entre los que se encuentra mi hermano y hemos dado pruebas de ADN para poder identificarlo, pero son miles de cadáveres. Es una tarea muy difícil. Espero que me digan que encontraron el cuerpo de mi hermano. Es más, puede que mi papá también este allí.

Oswaldo: En 1987, usted denuncia por primera vez este caso. ¿Por qué esperar tanto tiempo?

Adriana: Tenía miedo. Llegué a Estados Unidos sin documentos, pero tenía mucho terror. En Guatemala tenía miedo de que nos fueran a matar, y estando en USA, el miedo era que inmigración me detuviera y me enviara de regreso a la muerte. Pero cuando yo me casé, con Jeff, ya estaba libre de hacer las cosas que quería sin temor.

Oswaldo: ¿Es esa la misma razón por la que esperó a la firma de los acuerdos de Paz, para presentar el caso ante el Ministerio Público en Guatemala?

Adriana: Sí, el objetivo es que aparezcan los cuerpos. Que sean parte de la historia de Guatemala, que aparezcan como víctimas de los regímenes militares que afectaron al país. Buscando la verdad y la justicia para los míos. El caso no ha avanzado mucho, a pesar de tener muchos testimonios. Los implicados dijeron que no sabían absolutamente nada de lo que yo estaba hablando. Debo ser justa y debo decir, que algunos fiscales expresaron temor por su vida, por andar investigando este caso.

Oswaldo: ¿De qué manera ha influido el hecho de pertenecer a una familia guerrillera a la resolución del caso?

Adriana: Definitivamente ha influenciado el manejo del caso. Lo entiendo porque investigar este tipo de casos podría llevar a la muerte, pues se están tocando militares de alto rango. Pero pienso que el Ministerio Público tiene un mandato y debe cumplirlo. El hecho de que hay tantos casos, que están ante los tribunales, no ha permitido que se le dé movimiento al caso mío. En este viaje voy a unirme con una organización que probablemente va a mover el caso.

Oswaldo: En los últimos años se han logrado esclarecer al menos cinco casos de desaparición forzada, ¿esto la motiva o le da esperanzas a que este caso tenga resolución?

Adriana: Definitivamente, la justicia aunque lenta, está caminando. Tenemos esos ejemplos, yo no pierdo la esperanza de estar viva cuando se lleve a esos criminales ante la justicia y se conozca la verdad.

Oswaldo: Algún mensaje que tenga para personas que hayan tenido el mismo problema.

Adriana: “No se rindan, existen organizaciones que están investigando y ayudando a personas que han tenido familiares desaparecidos. Sean fuertes, no permitan que su dolor los ponga de rodillas, al contrario, que este dolor sea el motor que los lleve a continuar con esta búsqueda.”

Una reseña de su declaración está en http://www.prensacomunitaria.org/cuarto-dia-caso-molina-theissen-toman-la-palabra-una-testiga-y-un-exgeneral-peruano/
 

Boletín día 13 - Se comprobó que sí existió la base militar "Manuel Lisandro Barillas" de Quetzaltenango - Declaraciones (audio) de Emma y Axel Mejía en la Corte IDH (2004)

NO FUE UN HECHO AISLADO, SINO ESTÁ DENTRO DE TODA UNA DINÁMICA MILITAR

Equipo de Comunicación

Ciudad de Guatemala, 10 de abril de 2018. Audiencia día 13. Durante la decimotercera audiencia en el juicio Molina Theissen, el tribunal llamó a declarar al testigo José Alberto de Paz Tello, quien desde noviembre de 2004 es director ejecutivo de la Asociación del Centro Intercultural y Deportivo de Quetzaltenango. Él habló sobre cómo recibió las instalaciones de la antigua Zona Militar Manuel Lisandro Barillas de Quetzaltenango y las modificaciones que se han realizado para convertirlo en Centro Intercultural.
Dos testigos confirmaron la existencia de la base militar.
El testigo habló un poco sobre la historia del edificio, construido en 1930 para el Ferrocarril de los Altos. Al testigo le fue mostrado un álbum de 197 fotografías del inmueble tomadas por el Ministerio Público en el 2016. De Paz explicó algunos aspectos de lo que podía haber funcionado en el lugar según veía las imágenes. En estas identificó los accesos importantes y el sótano, del cual dijo que solo existe un único acceso. De Paz indicó que fue el ejército el que levantó un acta para hacerle entrega de las instalaciones, en la cual no medio ninguna otra institución ni la Contraloría General de Cuentas.
Seguidamente, pasó a declarar el testigo Mynor Amado Cité Delgado, quien es técnico en investigaciones criminalísticas que trabaja en la Fiscalía de Derechos Humanos de Casos Especiales del Conflicto Armado Interno. Él se refirió a la diligencia de investigación y planimetrías realizada en abril de 2016, la cual consistía en documentar en un álbum fotográfico, imágenes de las instalaciones que funcionaron como la Brigada Militar Manual Lisandro Barillas en Quetzaltenango. Cité se encargó de documentar cada área del inmueble, y mencionó que el área destinada a los dormitorios de los oficiales estaba dentro de otra construcción con estructuras metálicas de unos 40 por 70 metros.
Después de un receso, se reprodujo parte de la declaración que Emma Guadalupe Molina Theissen hizo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en abril del 2004. En este audio relata el momento en que fue detenida en el retén, trasladada a una casa abandonada y luego a la Zona Militar de Quetzaltenango. Mencionó que no la llevaron ante ningún juez, y ella dedujo que su detención no había sido pública dentro de esa brigada militar. Emma relata el momento en que el ejército volvió más cruentas las torturas y cuando varios soldados la violaron reiteradamente, en especial cuando ella los lograba engañar y negaba información que ellos le requerían.
En esta declaración, Emma dice que fue hasta en marzo de 1982, cuando vivía exiliada en México, cuando se entera de la desaparición de su hermano Marco Antonio, lo cual significó para su ya grave estado psicológico, en el cual estaba completamente aterrorizada: dolor, pesar, culpa destructiva. En ese entonces ella tenía pensamientos autodestructivos y presentaba adicciones, como consecuencias de todo lo que había vivido.
Emma afirmó que estuvo en tratamiento durante nueve años, incluso recibía terapia dos o tres veces por semana y después una vez cada 10 días, lo cual le sirvió para hablarlo todo. En el audio se le pregunta a Emma qué gestiones puede realizar el Estado guatemalteco para reparar los daños cometidos, a lo que ella contesta: “Saber qué pasó, dónde está y así poder cerrar el duelo. Que mi mamá sepa que se recuperaron los restos de mi hermano y que pueda ser enterrado como un ser digno. Realizar gestos que guarden su memoria y, obvio, la justicia”.
También se escuchó en audio la declaración completa del testigo Axel Ranferí Mejía Paiz, sociólogo que trabajó en la Casa Alianza, institución que albergó niños huérfanos del conflicto y que era parte de la Comisión de Búsqueda de la Niñez Desaparecida del CAI. Mejía destacó que hay 5 familias documentadas por secuestro y desaparición de sus hijos menores, y el que el caso de Marco Antonio no fue un hecho aislado, sino está dentro de toda una dinámica militar de la época. Agregó que de 1980 a 1984 el Estado promovió las adopciones: “En su mayoría los casos son entre 0 y 7 años, esto nos indica que había una intencionalidad en el futuro de estos niños de adopción”, dijo Mejía. Por otro lado, en las exhumaciones se han encontrado niños mayores de 12 años, quienes ya no estaban en edad de adopción”.
JUSTICIA PARA LA FAMILIA MOLINA THEISSEN

Boletín día 12 - Patrones sistemáticos y generalizados de tortura y desaparición forzada

PATRONES SISTEMÁTICOS Y GENERALIZADOS
DE TORTURA Y DESAPARICIÓN FORZADA

Equipo de Comunicación

Ciudad de Guatemala, 10 de abril de 2018. Audiencia día 12. Por la mañana, el tribunal llamó a declarar por videoconferencia a un testigo presentado por la querellante Emma Guadalupe Molina Theissen. Antes de que este empezara se solicitó que se reservaran sus datos por seguridad. A esta solicitud, la defensa objetó que los datos del testigo ya eran de conocimiento de las partes y reclamó que si se reservaran sus datos, era mejor que se reservara todo el debate y se retirara al público de la sala.

El nombre de Marco Antonio en una de las placas que cubren los pilares de Catedral, nuestro lugar de recuerdo.

El tribunal decidió que el testigo contestara lo que no arriesgaba su seguridad. Se supo que se trataba del ingeniero e investigador Mario Bravo Soto. El testigo habló sobre su militancia en la Juventud Patriótica del Trabajo (JPT), la información que él conoció sobre la detención de Emma Guadalupe, los encuentros que él tuvo con ella después de que esta escapara de su cautiverio y las acciones que cometía el ejército contra los militantes.

Bravo dio detalles de la reunión que Emma Guadalupe tuvo el día anterior a su detención. Indicó que en esa reunión se entregó un comunicado interno de manejo exclusivo de la militancia del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) y el JPT, en el cual se proponía que este último se disolviera para pasar a la estructura del partido. El JPT no era un organismo político militar, sino de dirigentes sin jefes, ni superiores ni comandancia; no era un grupo guerrillero, aunque sí un preámbulo para formar parte del PGT.

Cuando el testigo pudo hablar con Emma, entre 15 y 20 días después de su escape, ella le contó que sus captores le habían mostrado un archivo que contenía muchas fichas y fotografías de personas consideradas subversivas en Quetzaltenango que eran controladas o investigadas por el ejército, en el que aparecía él mismo.

Bravo afirmó que el hostigamiento y persecución que sufrió la familia Molina Theissen por parte del Estado no fue solo para ella, ya que la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas las sufrieron más de 100 familias de militantes. El testigo narró que uno de sus hermanos fue asesinado el 22 de marzo de 1980, siendo un joven de 22 años, no armado, dirigente de un organismo amplio; y su otro hermano, médico que tenía semiparálisis, fue detenido desaparecido, ambos por estructuras paramilitares relacionadas con el ejército de Guatemala.

Seguidamente pasó a declarar el testigo Fernando Cabrera Galindo, que habló ampliamente sobre los patrones sistemáticos y generalizados de desaparición forzada. Como parte de su trabajo de análisis en la Fiscalía de Derechos Humanos del MP, presentó 37 casos fechados en 1981 sobre patrones de actuación de secuestro, desaparición, tortura, traslado a centros militares y estructuras responsables registrados en el informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH).

Según la ubicación territorial, el testigo expuso que en el área de Quetzaltenango se registran 7 víctimas de tortura y violencia sexual en destacamentos militares, dentro de estos se encuentra el caso de Emma Guadalupe. Entre la documentación a la que se refirió Cabrera, resaltan archivos desclasificados de Estados Unidos en los que este país se refería a las autorías de las desapariciones: “La conclusión inevitable es que, de hecho, la mayoría de desaparecidos han sido secuestrados por las fuerzas de seguridad de la capital y de otras zonas urbanas, eran los únicos cuerpos capaces de realizar secuestros generalizados o asesinatos, o secuestros técnicamente complicados”.

Cabrera indicó que en los análisis, los datos presentados por la CEH fueron cruzados con archivos desclasificados de EE. UU., entrevistas hechas a militares de alto rango publicadas en el libro “El proyecto de los militares” de Jennifer Schirmer; el capítulo “Mecanismos de horror” del informe REMHI; “Los desaparecidos de Guatemala 1977-1986”, entre otros documentos.

En cuanto al modus operandi de las fuerzas armadas durante esta época, el testigo ejemplificó el caso de Emeterio Toj Medrano, quien fue secuestrado, interrogado, torturado, trasladado a varios centros de detención clandestinos, fue obligado a colaborar con el ejército y logró escapar después de cuatro meses de haber estado en cautiverio. Su testimonio se encuentra en el libro “Dignidad a pesar de lo vivido”. El mismo Emeterio Toj expresó: “El Estado es deudor de todo lo que ha ocurrido”.

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Boletín día 11 - Tribunal rechaza recusación - Peritaje sobre derecho internacional humanitario - Testigo protegida

TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD, DECLARA SIN LUGAR RECUSACIONES PRESENTADAS POR LA DEFENSA

Equipo de Comunicación

Ciudad de Guatemala, 9 de abril de 2018. Audiencia día 11. Antes de que iniciara a declarar la perita propuesta para hoy, la defensa de Benedicto Lucas García planteó una recusación contra el juez presidente del Tribunal de Mayor Riesgo C, Pablo Xitumul de Paz, al argumentar que el juez está siendo parcial beneficiando al Ministerio Público (MP) y a las querellantes, que “tiene sentimientos de odio” hacia el ejército de Guatemala, y manifiesta una enemistad grave hacia la persona de Benedicto Lucas. 



 
La defensa basó su recusación en que los restos del padre del juez Xitumul fueron encontrados en una exhumación hecha en el destacamento militar de Rabinal, y afirmaron que este caso se encuentra registrado en la página de la Fundación de Antropología Forense. Es por ello que argumentaron que el juez presidente tiene interés particular.

Luego de esta recusación, la defensa de Zaldaña Rojas también recusó al juez Xitumul con el mismo argumento, y a estas recusaciones se sumaron las de los otros tres acusados. La defensa acusó al tribunal de ya tiene una sentencia condenatoria preconcebida. Posteriormente el juez dejó todas las partes procesales se pronunciaran al respecto. El MP expresó que no acepta los argumentos de la defensa por ser frívolos e improcedentes por los hechos que se están juzgando en este tribunal.

El abogado de Emma Guadalupe Molina Theissen señaló que la recusación era improcedente, extemporánea y un ejercicio de mala fe por parte de la defensa, que se trata de un litigio malicioso ya visto en otros casos de esta naturaleza. El abogado de Emma Theissen Álvarez mencionó que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exhorta a que los Estados no permitan el litigio malicioso, retrasando la justicia. Recordó que la CIDH obligó al Estado de Guatemala a realizar el juicio nacional en contra de los captores y violadores de Emma, así como los secuestradores de Marco Antonio.

Después de la deliberación del tribunal, este, por unanimidad, declaró sin lugar las recusaciones presentadas por la defensa de los acusados, por considerar que no son ciertas las causales invocadas por los abogados, que los hechos que mencionan no tienen relación con lo que se juzga, que el juez presidente no tiene ningún interés particular, y afirmó que no existe ninguna enemistad con ninguno de los acusados, por lo que ordenó que el debate continuara.

Seguidamente, la abogada Claudia María López David ratificó su peritaje “Graves violaciones al derecho internacional humanitario en el caso de Marco Antonio Molina Theissen y Emma Guadalupe Molina Theissen”. La perita resaltó que como país parte, el Estado de Guatemala tenía la obligación de proteger los hermanos Molina Theissen, ya que se trataba de personas civiles, no combatientes, y en particular de un niño, que tiene una categoría especial por ser niño.

Recordó que Guatemala ratificó el Estatuto de Roma en el 2012 y los cuatro convenios de Ginebra. Habló de los principios del derecho humanitario que les fueron violados a los hermanos Molina Theissen: Principio de Humanidad, Principio de Igualdad, Principio de necesidad militar, en el cual debía haber un equilibrio y respeto al estatus civil de Emma y Marco Antonio; así como el Principio de distinción y el Principio de prioridad humanitaria. 

Por la tarde, declaró la Testigo A sobre las condiciones físicas y emocionales de Emma Guadalupe, datos de su secuestro y del tiempo que la cuidó después haber salido de la brigada militar en la que estaba retenida. La testigo pudo hablar con Emma antes de entregarla a otra persona que la ayudaría. “Preferíamos estar muertas que en manos del ejército, porque ellos violaban a las mujeres y eso pisoteaba su dignidad. Porque el primer acto de machismo y poder es la violación”.

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Boletín día 10 - Búsqueda de infancia desaparecida y declaración en prueba anticipada de Emma

EMMA GUADALUPE DESCRIBE A SUS CAPTORES COMO PERSONAL DE INTELIGENCIA 

Equipo de Comunicación
 
Ciudad de Guatemala, 3 de abril de 2018. Audiencia día 10. Durante la mañana del día 10 de juicio Molina Theissen, el tribunal llamó a declarar a Marco Tulio Álvarez Bobadilla, en su calidad de un testigo experto en archivística y en niñez desaparecida. Este se refirió al contexto de la represión estatal que también tuvo por objetivo a niños y adolescentes a través de acciones sistemáticas como la desaparición forzada. 

Las niñas Portillo y Marco Antonio, de los 5000 niños/as desaparecidos. Los amamos y seguimos buscándolos.
Álvarez habló sobre la definición del enemigo interno. Explicó que durante el período de 1981 a 1985, las fuerzas armadas documentaron en planes militares que enemigo interno era todo aquel individuo o grupo opositor al gobierno, y su definición se aplicaba a personas indiscriminadamente, incluidas niñez y adolescencia.

Según Álvarez, el motor de la desaparición de niños y niñas era que estos eran hijos de padres militantes en grupos opositores, con lo cual las fuerzas armadas infundían terror, se vengaban de los que consideraban enemigos y escarmentaban a los familiares. Otro objetivo era interrogar a niños con más discernimiento, incluso era posible que se utilizara tortura para obtener información, mientras se hacía sufrir a los padres a través del dolor de los hijos.

El experto mencionó que otra forma de desaparición forzada se dio a través de los desplazamientos y las adopciones irregulares, con lo cual sus padres nunca supieron más de sus hijos. Agregó que uno de los objetivos de esto, además de que se cobrara por adopciones ilegales, era educar a niños menores con otra ideología. Indicó que estadísticamente se calculan 5,000 niños y niñas desaparecidos, pero afirma que existe un subrregistro por todos los casos no denunciados porque hay personas que aún no han dicho lo que les pasó.

Álvarez se refirió a documentos y archivos, como revistas militares, fuentes hemerográficas, documentos del National Security Archives, de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, del Archivo Histórico de la Policía Nacional, copias de manuales de guerra y de campañas, entre otros. Según el testigo, en los documentos consultados por él, el ejército cometió el 86% de las violaciones a derechos humanos y el 14% a otros grupos. Recordó que solo el Estado viola derechos, los otros grupos cometen actos delictivos.

Por la tarde, se reprodujo en su totalidad la declaración, como anticipo de prueba, de Emma Guadalupe Molina Theissen fechada el 14 de marzo de 2011. En su declaración, Emma Guadalupe relata su militancia política desde la secundaria, la insistente persecución del Estado en esas épocas contra grupos organizados, que terminaba muchas veces con el asesinato de líderes estudiantiles, como Julio César del Valle Cóbar, pareja de Emma, asesinado el 22 de marzo de 1980.
También narra todo lo acontecido desde que el ejército la capturó el 27 de septiembre de 1981, los interrogatorios, torturas y violaciones a las que fue sometida, la escapatoria de la Brigada Militar de Quetzaltenango, el 5 de octubre, hasta salida del país hacia México, y la posterior noticia de que a su hermano Marco Antonio lo habían detenido y desaparecido como represalia a su escape.

Emma Guadalupe describe a quienes dirigían toda actividad relacionada con ella en el centro de detención como personal de inteligencia del G-2, por la forma en que se comportaban, en cómo vestían, distinta a los soldados rasos, y en todo lo que decían frente a ella, de lo cual hablaban abiertamente.

Por último se leyó la declaración del testigo Isidro Mérida Herrera, ya fallecido, quien fue otra de las personas que identificó a Emma Guadalupe cuando el ejército la llevaba por las calles de Quetzaltenango para que entregara a sus compañeros.

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Boletín día 9 - Consecuencias físicas, psicológicas y sociales de la tortura

CONSECUENCIAS FÍSICAS, PSICOLÓGICAS Y SOCIALES DE LA TORTURA

Equipo de Comunicación

Ciudad de Guatemala, 2 de abril de 2018. Audiencia día 9. Durante la novena audiencia del debate oral y público del caso Molina Theissen, el tribunal llamó a declarar al médico y psicólogo mexicano Jorge de la Peña Martínez, para que ampliara y ratificara su peritaje sobre Tortura, aspectos físicos, psicológicos y sociales en el caso de Emma Guadalupe Molina Theissen.

Foto: FGER
 
El médico, con especialización en psquiatría y piscoanálisis y experiencia en peritajes sobre tortura en varios países, explicó los patrones de violencia sexual en centros ilegales de detención, basándose en el Protocolo de Estambul, el cual es un documento facultativo y manual de investigación y documentación eficaces para identificar la tortura y otros tratos o penas crueles y degradantes, conformado por un conjunto de elementos jurídicos y que ha sido ratificado por 27 países, incluido Guatemala. Es decir, que se trata de un manual multidisciplinario que es médico, psicológico y jurídico. 

El peritaje realizado en 2016 consistió en aplicarle este protocolo a Emma Guadalupe para identificar la tortura que sufrió. Para ello, De la Peña practicó una entrevista clínica, la más importante para la credibilidad del relato de los hechos, y tres pruebas piscológicas cualitativas, para que ella pudiera hablar sobre lo que le había ocurrido. 

En su exposición, el médico De la Peña indicó que la tortura consiste en la aplicación deliberada y sistemática de dolor a una persona, aparentemente con el propósito de obtener información o confesión. Agregó que los objetivos fundamentales de la tortura son la destrucción física de la persona, la destrucción psicológica de la persona y la paralización e impotencia de los grupos sociales. El perito destacó que las mujeres tienen muchas desventajas en esta sociedad falocrática y falocéntrica, ya que con las mujeres los torturadores se ensañan más que con los hombres. 

Según el perito, un torturador latinoamericano en la década de 1980 se formaba con el Manual de la CIA, utilizando el Método Kurbak, aprendido en la Escuela de las Américas, financiada por la CIA. De la Peña afirmó que las consecuencias de la tortura conllevan efectos que trascienden a la familia y las comunidades, y mencionó que la impunidad de estos hechos enferma. En la dinámica familiar puede trascender hasta a una cuarta generación infligiendo ciertos grados de estrés importante, directa o indirectamente, según las condiciones físicas, psicológicas y genéticas de las personas involucradas, y que pueden repercutir en enfermedades psicosomáticas, tal como lo presentan Emma Guadalupe y algunos de los miembros de la familia Molina Theissen hasta la fecha. 

Según De la Peña, la tortura deja en la o el sobreviviente sentimientos de culpa, de vergüenza y humillación, siendo esta última la que más duele. En sus recomendaciones, De la Peña indicó que Emma Guadalupe necesita un tratamiento de por vida, para que esté mejor y se reduzca el riesgo de que su yo se disocie de nuevo. El experto afirmó que el trauma de la tortura no se cura nunca, sino solo se puede hacer un reforzamiento del yo, por lo que recomendó también que no se retraumatice a la víctima con enfrentarla a procesos de estrés que puedan hacerle recordar el sufrimiento vivido. 

Como otros expertos en este debate, el médico De la Peña afirmó que la violencia sexual fue utilizada como una estrategia de guerra, teniendo la intencionalidad de pisotear la dignidad humana y autoestima de la mujer, de su familia, de su pareja y de su comunidad, además de minar la moral del enemigo, haciendo que este ya no tenga interés en participar en la lucha. 

La tortura constituye una forma compleja de extrema violencia, parte de una planificación minuciosa de las consecuencias, tanto sobre la víctima directa como sobre grupos organizados”, expresó De la Peña. Agregó que la desaparición forzada es un delito y que toda desaparición forzada es tortura.
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Boletín día 8 - El trabajo de la FAFG en la búsqueda de las personas desaparecidas

EL TRABAJO CIENTÍFICO EN LA BÚSQUEDA Y RECUPERACIÓN DE LAS VÍCTIMAS DE DESAPARICIÓN FORZADA
 
 Equipo de Comunicación
 
Ciudad de Guatemala, 27 de marzo de 2018. Audiencia día 8. Durante la mañana se escucharon a dos expertas científicas que explicaron el peritaje de extracción de muestras de sangre y saliva para el análisis de ADN, la primera habló desde un enfoque antropológico forense y la segunda sobre la recolección de muestras genéticas para la identificación de restos humanos y el reporte de personas desaparecidas. 



La arqueóloga Claudia Eugenia Rivera Fernández destacó que la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) cuenta con un banco de datos genéticos para comparar las muestras de familiares de personas desaparecidas con las muestras de restos hallados en fosas clandestinas o instalaciones o exinstalaciones militares. 

La perita expuso los resultados del trabajo de la FAFG de 1992 a febrero de 2018, entre este se cuentan 1,668 investigaciones antropológico-forenses, que incluye la recuperación de 7,940 osamentas encontradas en 21 departamentos del país. Indicó que 1,510 osamentas fueron recuperadas dentro de 44 destacamentos militares, incluida la Zona Militar No. 21, donde se encontraron 561 restos óseos humanos, como parte de la búsqueda y recuperación de los cuerpos de personas desaparecidas. 

Rivera indicó que para el caso Molina Theissen se tomaron muestras referenciales, es decir, tomas de ADN a familiares, específicamente a la madre y hermanas de Marco Antonio, para ingresarlos en su banco de datos genético y así poder cotejarlos con los perfiles genéticos obtenidos de las osamentas encontradas. 

Entre los esfuerzos para recuperar el cuerpo de Marco Antonio Molina Theissen indicó que se requiere más información sobre su desaparición, un mapeo más extenso de lugares donde pudieran encontrarse más cementerios clandestinos, incluso en instalaciones militares que aún no han sido investigadas. Además, se necesitan más recursos económicos y de personal capacitado que representan varios millones de dólares, ya que una sola prueba de ADN en hueso tiene un costo de USD 300. 

La segunda perita, Mischel Marie Stephenson Ojea, especializada en genética y criminalística, explicó el proceso de recolección de muestras y la comparación de patrones para la obtención de perfiles genéticos, que son únicos para cada persona, los cuales son ingresados después en el banco genético de datos para hacer comparaciones y coincidencias genéticas para la identificación de personas. 

Agregó que la FAFG utiliza un sistema de identificación en desastres masivos (M-FISys), con un software complejo que analiza patrones e indica que una osamenta pertenece a una persona si el porcentaje de coincidencia del perfil genético es mayor al 99.9 %, lo cual asegura la confiabilidad del análisis. 

Stephenson afirmó que la prueba de ADN es la única que garantiza la identificación de osamentas que han sido encontradas en contextos abiertos, es decir, contextos en los que se desconocen las circunstancias en las que murieron personas, ya sea en desastres masivos como catástrofes, o grupos de osamentas encontradas en fosas clandestinas. 

A las preguntas de la defensa de Lucas García respecto de las certificaciones de la FAFG, Stephenson indicó que el laboratorio genético de la FAFG tiene el certificado de calidad ISO 17025 a nivel internacional y es el único de su tipo en Guatemala, lo cual significa que cumple con todos los procesos estandarizados para los análisis que realiza y también está debidamente certificado por las autoridades nacionales correspondientes. 
 
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Boletín día 7 - Sección de inteligencia es como la columna vertebral de proceso represivo

SECCIÓN DE INTELIGENCIA ES COMO LA
COLUMNA VERTEBRAL DE PROCESO REPRESIVO”

Equipo de Comunicación

Ciudad de Guatemala, 26 de marzo de 2018. Audiencia día 7. Por la mañana y con el retraso de los acusados para estar presentes en la sala de audiencias, el tribunal autorizó que se empezara a escuchar a la socióloga argentina Julia Carla Rostica, quien ratificó y amplió el peritaje sobre la colaboración argentina y las consecuencias en la lucha contrasubversiva en Guatemala. 



Rostica explicó que gracias a que se abrieron y se hicieron públicas las Actas de la Dictadura en Argentina se pudo establecer que entre la cooperación que dio ese país a Guatemala, en el marco de la guerra contrasubversiva, el Banco Central argentino autorizó USD 30 millones en armas y municiones para Guatemala, además de formación en Inteligencia para militares guatemaltecos mediante becas, ya que veían una “centroamericanización de la lucha revolucionaria” después del triunfo sandinista en Nicaragua. 

La perita afirmó que se conoce que el Estado argentino violaba sistemáticamente los derechos humanos durante su propia dictadura y que impartía cursos interamericanos de inteligencia, en los cuales militares de varios países se especializaban en interrogatorios donde se utilizaba la tortura para centralizar la mayor cantidad de información. Los asesores y profesores argentinos que se desplazaban a Guatemala y Centroamérica habían recibido formación militar en la Escuela Francesa.
Rostica explicó que en 1962, el teórico militar argentino Osiris Villegas afirmaba que la guerra contrasubversiva se trataba de una guerra permanente aún en tiempo de paz, que era ideológica, universal y que no tenía fronteras, por lo que se necesitaban acciones integrales para librarse en todos los campos, no solo el militar, sino el político, psicológico, e incluso religioso. En esta teoría, que se utilizó posteriormente en manuales y folletos en la instrucción militar, se decía que al no ser una guerra regular, el enemigo era interno y que todas las personas eran sospechosas, incluso ancianos, mujeres y niños. 

La perita resaltó que “la sección de inteligencia es como la columna vertebral de proceso represivo” refiriéndose a la importancia militar de dicha sección. Asimismo, resaltó que ahí es donde se centralizaba la información para luego convertirse en operaciones descentralizadas en lugares distintos, como por ejemplo el operativo en el que se llevan a Marco Antonio Molina Theissen. La perita indicó que los manuales de guerra contrasubversiva legitimaron la desaparición forzada de personas y la tortura. 

En su peritaje, Julieta Rostica hace referencia a una cita textual del libro Las intimidades del proyecto político de los militares en Guatemala, de Jennifer Shirmer, en la que un exfuncionario de la G2 le relata a la autora que la inteligencia recibida por los Estados Unidos era muy buena en el campo, pero no les era eficiente en el campo de la guerra a la guerrilla, y cuando Guatemala fue aislada entre 1978 y 1984 recurrieron a países como Argentina y Uruguay. Explica que desarrollaron su propia inteligencia antisubversiva con el apoyo de estos países y vieron un viraje total a los conceptos de manejo de inteligencia de guerra. Es importante mencionar que esa entrevista la dio a Shirmer Gustavo Adolfo Díaz López, quien fue Técnico asesor de los abogados de los acusados en el presente debate cuando se presentó el peritaje militar del general Robles. 

Por la tarde, se escuchó también a la testiga Ruth del Valle Cóbar, quien contextualizó al Tribunal sobre la participación de Emma Guadalupe en la organización juvenil y de cómo ella conoció a la familia Molina Theissen. Explicó con dolor que Emma una vez le comentó lo que había vivido durante su detención y para ella fue muy duro, ya que pensó en que pudo haberle pasado a ella, o que otras compañeras del movimiento estudiantil también pudieron haber pasado por tanto dolor y vejámenes. 

Cabe resaltar que el martes 20 la audiencia fue suspendida debido a que los acusados no fueron trasladados a la Torre de Tribunales, reprogramando el juicio para hoy. El Tribunal suspendió el debate, reprogramando y citando a las partes para el MARTES 27 DE MARZO A LAS 08:30 HORAS en el 13 nivel de la Torre de Tribunales.
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Boletín día 6 - La tortura como método de represión

LA TORTURA COMO MÉTODO DE REPRESIÓN
 
Equipo de Comunicación

Ciudad de Guatemala, 19 de marzo de 2018. Audiencia día 6. En la audiencia del sexto día del juicio, se escuchó mediante videoconferencia a cuatro testigos protegidos.  La primera, identificada como testigo B, narró lo sucedido a Emma Guadalupe Molina Theissen después de que ella escapara de la brigada militar de Quetzaltengo y fuera llevada a la casa de la testigo, quien la recibió por solidaridad y razones humanitarias, y cuidó de ella durante 10 días.

Foto: Verdad Justicia
La testigo B explicó la condición de Emma Guadalupe la noche que fue llevada a su casa: estaba pálida, con la mirada perdida, caminaba con molestias y temblaba todo el tiempo. Por ello, la testigo recurrió a un psiquiatra, quien atendió a Emma Guadalupe y prescribió medicamentos para contrarrestar el estado psicótico en que se encontraba. En una revisión general, Emma Guadalupe también presentaba inflamación en la pelvis e infecciones en el área genital. En los primeros tres días en la casa de la testigo, no consumía alimento, dormía en el suelo aunque había una cama en la habitación y no podía controlar sus esfínteres. “Lo único que sabía era que se trataba de una persona que acababa de escapar de una zona militar. No pasaba de 20 años, era una jovencita”.

A la pregunta de un abogado querellante de si la testigo sabía qué le habría provocado ese estado a Emma Guadalupe, contestó que el psiquiatra le indicó que se encontraba así por la privación de libertad y torturas que había sufrido. Se reservó el nombre del psiquiatra, a pesar de la insistencia de la defensa, ya que afirmó que conoce las represiones que han enfrentado las personas que han colaborado con este caso.

La testigo C narró la persecución que sufrió ella y su familia, en particular su padre, su hermano y su hermana embarazada, quienes fueron desaparecidos, y habló ampliamente sobre casos de niñez desaparecida y los posibles destinos que varios de ellos pudieron tener, entre estos: esclavitud doméstica y adopciones irregulares.  La testigo afirmó que su hermana dio a luz estando en cautiverio y que su hija o hijo fue dado en adopción a principios de 1982.

Dijo que en 2003 conoció a Lucrecia Molina Theissen, con quien organiza una conferencia de prensa y empiezan a unificar esfuerzos para conformar una comisión de búsqueda de niñez desaparecida, así como también las peticiones para que se abrieran los archivos de la Procuraduría General de la Nación y de la Secretaría de Bienestar Social desde 1981 hasta 2003, para iniciar su búsqueda. La testigo C aseguró que las adopciones irregulares fueron un negocio redondo, ya que en 1982 estas se incrementaron, siendo los niños y niñas un botín de guerra.

El testigo D narró su experiencia como prisionero del ejército en 1981 y la tortura física y psicológica a las que fue sometido en cuarteles militares de Huehuetenango y Quetzaltenango. Aseguró que las torturas consistían en privación de alimento,  bebida y sueño e interrogatorios con choques eléctricos. El testigo manifestó que fue utilizado por la inteligencia militar para ser el protagonista de campañas mediáticas grabadas en el canal 5 y conferencias, incluso frente al cuerpo diplomático, en las que tenía que afirmar que se había entregado de manera voluntaria al ejército, bajo amenazas permanentes contra su familia y de bombardear y ametrallar comunidades. Durante el interrogatorio, el testigo D reconoció a Benedicto Lucas como el jefe del Estado Mayor del Ejército de la época, y dijo que este le ofreció trabajo y estaba complacido por considerarlo un colaborador de la institución armada.

El testigo F explicó, al haber pertenecido a las filas del ejército, cómo capacitaban a especialistas en la Fuerza Aérea Guatemalteca para torturar a los prisioneros y que para ser incorporados en escuadrones de la muerte tenían que presentar trabajos de fusilamiento. Indicó que como método para extraer información de los prisioneros los introducían en barriles con agua, colocaban capuchas con veneno Gamexane y utilizaban torniquetes en el cuello. Afirmó que miembros de  la inteligencia militar, los especialistas y los de más alto rango eran quienes violaban a las mujeres y después la fusilaban.

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Boletín día 5 - El G2 y su equipo fue el encargado de Emma Guadalupe al momento de su detención"

“EL G2 Y SU EQUIPO FUE EL ENCARGADO DE
EMMA GUADALUPE MOLINA THEISSEN
AL MOMENTO DE SU DETENCIÓN”

Equipo de Comunicación
Ciudad de Guatemala, 14 de marzo de 2018. Audiencia día 5. En la audiencia del quinto día del juicio se continuó el interrogatorio al perito  peruano, general Rodolfo Robles Espinoza. Él explicó que la detención de Emma Guadalupe Molina se produjo por personal de inteligencia, ya que cuando la hacen bajar del bus y es retenida en un sitio alejado transcurren de 2 a 3 horas hasta que llega otro oficial quien hace un interrogatorio táctico y se da cuenta del tipo de documentos que ella lleva, por lo que es indudable que quien da la orden para su traslado a la zona militar es el G2. Para todo el operativo se utilizaron recursos de la sección de inteligencia, incluido el vehículo en que hacen que Emma Guadalupe viaje por la ciudad de Quetzaltenango para que reconozca a personas de su organización y las delate.   


Ante el interrogatorio del abogado de la querellante Emma Guadalupe Molina Theissen, el militar retirado afirmó que tanto el ejército como la policía y otros cuerpos paramilitares que funcionaban en aquella época, actuaban unificadamente pero con autonomía funcional, ya que por un lado  dependían de un mando central, conformado por el ejército y el sistema de inteligencia como ente rector, y por otro, porque no se imponía una forma de trabajar, solo se exigía el resultado, y en ese caso el mando centralizado estaba en la G2, que mantenía una delegación de autoridad del mismo Estado Mayor.  Lo anterior confirma la conformación de grupos paralelos clandestinos que actuaban en operaciones encubiertas como parte de las operaciones estratégicas de inteligencia.

Robles afirmó al Tribunal que el Estado Mayor General del Ejército debía garantizar el respeto al articulado tres de los Convenios de Ginebra; sin embargo, la práctica fue todo lo contrario, haciendo el ejército un uso sistemático del terror alejado de los valores humanos existentes.

Explicó cómo el ejército clasificaba a las personas capturadas y la documentación, reafirmando que dado el puesto que Emma Guadalupe tenía como responsable de comité en la región de Quetzaltenango era considerada “B”, por tanto era una fuente de carácter estratégico; asimismo, los documentos encontrados a Emma se clasificaron como “B”, de valor estratégico,  y planteó que seguramente fueron enviados al jefe de la Sección de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército, para que armara como un rompecabezas con esa información.

Durante este peritaje, la defensa de los militares acusados estuvo acompañada de un técnico para ser asesorada en la materia. Al momento del interrogatorio, fue el mismo técnico quien preguntaba al perito y asentía con la cabeza positivamente al reafirmar lo que el perito explicaba sobre la doctrina militar. El técnico cuestionó al perito sobre la función de la policía nacional en operaciones del ejército,  y el general Robles expuso que en el Plan Aurora firmado por el jefe del Estado Mayor General del Ejército se dan funciones a las unidades de policía.

Por la tarde, se escuchó la declaración por videoconferencia de una persona cuyos datos fueron reservados y quien fue identificada solo como testigo G. Este explicó qué Emma Guadalupe había viajado a Guatemala el 27 de septiembre de 1981 para una reunión por el aniversario del PGT. Al percatarse de que ella no regresó a Quetzaltengo, el testigo y otros compañeros de organización recorrían las calles de Quetzaltenango en su búsqueda.

El testigo afirmó que días después de la desaparición de Emma Guadalupe, él mismo la identificó cerca del barrio El Calvario a bordo de un vehículo blanco a la par del piloto. Dijo que ese tipo de vehículo era común que lo utilizará la G2, y que informó a sus demás compañeros de organización porque era la misma táctica que utilizaba el ejército contra sectores campesinos, estudiantiles y profesores universitarios que habían sido detenidos y luego asesinados.   

El Tribunal reprogramó la audiencia para el LUNES 19 DE MARZO A LAS 08:30 HORAS en el 13 nivel de la Torre de Tribunales. 

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